Anteproyecto de la Ley del Juego

Los bares podrán tener hasta dos máquinas tragaperras pero con control remoto

Los establecimientos públicos de hostelería y similares podrán tener un máximo de dos máquinas tragaperras, aunque éstas deberán contar con un sistema de activación-desactivación por control remoto a cargo del personal encargado del local.

ondacero.es

València | 10.03.2020 14:02

Máquina tragaperras
Máquina tragaperras | Wikimedia Commons

Así lo recoge una de las enmiendas presentadas por los grupos firmantes del Botànic al proyecto de ley del Juego de la Comunitat, que ha sido debatida este martes en la comisión de Economía de Les Corts, en una sesión de la que se han ausentado el PP y Vox en protesta por no haber conocido hasta última hora las propuestas definitivas del PSPV, Compromís y Unides Podem.

Estas tres formaciones, que habían presentado enmiendas por separado, anunciaron a principios de febrero que habían llegado a acuerdos en determinados asuntos, aunque no ha sido hasta la tarde de este lunes cuando han registrado formalmente esos pactos a través de más de una treintena de enmiendas de aproximación.

Estas propuestas, que han sido aprobadas con los votos en contra o la abstención de Ciudadanos (el único grupo de la oposición que ha participado en el debate), establecen una distancia de 850 metros entre salones de juego y locales de apuestas con centros educativos de Secundaria, Bachillerato, FP y formaciones artísticas profesionales.

Fijan también una distancia mínima de 500 metros entre salones de juego, locales de apuestas y salas de bingo, e imponen una moratoria de cinco años para autorizar nuevos establecimientos de juego y explotaciones de máquinas tragaperras.

En ese tiempo, la Conselleria competente en materia de juego hará un estudio que analice el impacto social y sobre la salud pública de las instalaciones de juego existentes, y a partir de los resultados, se pondrán limitaciones del numero y distribución en el territorio valenciano.

También se ha aprobado que en los establecimientos públicos de hostelería y similares se puede autorizar la instalación de un máximo de dos máquinas tragaperras, bajo las condiciones y limitaciones que se establezcan reglamentariamente.

Estas máquinas deberán contar con un sistema de activación-desactivación por control remoto, que deberá estar operativo en un plazo de doce meses, y mientras no esté en uso la máquina deberá estar desactivada sin emitir estímulos sonoros, visuales o lumínicos.

Las enmiendas aprobadas restringen cualquier tipo de publicidad, promoción y patrocinio del juego; prohíben la publicidad y promoción en el exterior de locales de juego, y publicidad la estática en la vía publica y medios de transporte, y eliminan las máquinas auxiliares de apuestas de la hostelería y recintos deportivos.

Asimismo, se contemplan incentivos fiscales, ayudas y subvenciones a aquellos medios de comunicación, clubes deportivos, entidades o asociaciones que promuevan la prevención y la lucha contra la ludopatía.

El diputado del PP Rubén Ibáñez criticado que el PSPV, Compromís y Unides Podem hayan apurado hasta última hora para presentar sus propuestas, con lo que su grupo no ha tenido tiempo de estudiarlas, y por ello, ha optado por abandonar la comisión y no participar en el debate, más allá de mantener sus enmiendas para el pleno.

Lo mismo ha hecho Vox, mientras que Ruth Merino (Ciudadanos) ha coincidido en esa misma crítica, pero ha optado por seguir el debate al entender que la presentación de las propuestas estaba en plazo, aunque no le gustaran las formas utilizadas por suponer un "ninguneo y desprecio" al resto de formaciones.

Desde los grupos del Botànic, han defendido que las enmiendas de aproximación han sido presentadas en plazo, antes incluso de lo que se hace en otras comisiones, y han considerado que sus propuestas no pueden haber supuesto mucha sorpresa, pues van en la línea de lo que ya habían presentado estos grupos por separado.

En este sentido, han defendido que la ley busca dar respuesta una demanda social, de luchar contra el peligro que puede entrañar el juego y regular este sector, sabiendo que se trata de una actividad legal.